¡Ay de aquellos que escandalicen a estos pequeños!
Las palabras de Jesús en Mateo 18:6 son un llamado de atención, una advertencia severa que resuena con fuerza a través de los siglos. "Mas al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que le colgasen al cuello una piedra de molino de asno, y le arrojasen en el mar". Estas palabras no son una simple frase poética, sino una profunda reflexión sobre la gravedad del pecado y su impacto en los demás, particularmente en los más vulnerables.
Esta advertencia, pronunciada con la autoridad de quien conoce el corazón humano y la naturaleza del pecado, nos lleva a preguntarnos: ¿Qué significa "escandalizar"? ¿Quiénes son estos "pequeños" y por qué su protección es tan importante? ¿Cuáles son las consecuencias de causarles daño espiritual?
La naturaleza del escándalo
En el contexto de Mateo 18:6, "escandalizar" no se refiere simplemente a un acto de ofensa o indignación. Se trata de un acto que lleva a otro a tropezar en su fe, a perder su confianza en Dios o a desviarse del camino de la verdad. Es un acto que destruye la base de la fe de alguien, que debilita su relación con Dios y lo expone al peligro del pecado.
Imaginemos a un niño que está aprendiendo a caminar. Sus padres lo sostienen con amor, lo animan y lo protegen de caer. Pero llega un momento en que el niño debe dar el primer paso por sí mismo. En ese momento, la ayuda de los padres es esencial, pero también es crucial que el niño aprenda a caminar con seguridad. Si alguien le pone una trampa en el camino, un obstáculo que lo hace tropezar y caer, esa persona no solo le causa dolor físico, sino que también le quita la confianza en su capacidad para caminar. De manera similar, escandalizar a alguien en su fe es poner un obstáculo en su camino hacia la madurez espiritual, haciéndole perder la confianza en Dios y en sí mismo.
Los “pequeños” y su importancia
La frase "estos pequeños" en Mateo 18:6 se refiere a los discípulos de Jesús, especialmente aquellos que son nuevos en la fe. Son como niños que están aprendiendo a caminar en la fe, que son vulnerables a las influencias externas y que necesitan protección y guía. Jesús no se refiere a la edad física de estos "pequeños" sino a su estado espiritual. Cualquiera, independientemente de su edad, puede ser considerado un "pequeño" en términos de fe si aún se encuentra en las etapas iniciales de su camino espiritual.
Jesús enfatiza la importancia de proteger a estos "pequeños" porque sabe que son especialmente vulnerables al pecado. Son como plantas tiernas que necesitan cuidado y protección para crecer fuertes y saludables. Si se les permite crecer en un ambiente tóxico, es probable que se marchiten y mueran. Es por eso que Jesús dice que es mejor perder una mano, un pie o un ojo que escandalizar a uno de estos pequeños.
La severidad del castigo
La imagen de la piedra de molino de asno arrojada al mar es una metáfora poderosa que ilustra la gravedad del castigo que Jesús describe. En la época de Jesús, las piedras de molino eran objetos pesados que se usaban para moler grano. Eran tan pesadas que una persona no podía levantarlas sola. Arrojar una piedra de molino al mar era una forma de castigo mortal, una señal de que el pecado de escandalizar a un pequeño era un delito tan grave como la muerte.
Jesús no está describiendo un castigo literal, sino un estado de condenación eterna. La "muerte" a la que se refiere es la separación de Dios, la pérdida de la vida eterna. Esta es una consecuencia mucho más terrible que la muerte física. Jesús está diciendo que es mejor enfrentar cualquier sufrimiento en esta vida que sufrir el castigo eterno por escandalizar a alguien en su fe.
Responsabilidad de los líderes
Jesús no solo advierte contra el escándalo, sino que también enfatiza la responsabilidad de los líderes religiosos. En Mateo 18:7, dice: "Ay del mundo por causa de los tropiezos; porque es necesario que vengan tropiezos; pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!". Los líderes tienen un gran poder e influencia sobre los demás, y deben ser especialmente cuidadosos de no causar que otros tropiecen en su fe.
Los líderes en la iglesia tienen una responsabilidad especial de ser modelos de fe y de comportamiento. No pueden permitirse el lujo de ser descuidados o irresponsables en sus palabras y acciones. Deben ser conscientes de que sus decisiones y comportamientos tienen un impacto directo en la vida de los demás. Si un líder causa que alguien tropiece en su fe, su culpa es aún mayor porque tiene una mayor responsabilidad.
El deber de amonestar
Aunque Jesús advierte sobre las consecuencias de escandalizar a los pequeños, también nos da instrucciones sobre cómo evitarlo. En Mateo 18:15-17, dice: "Si tu hermano pecare contra ti, ve, y repréndele a solas; si te oyere, has ganado a tu hermano. Y si no te oyere, toma contigo uno o dos más, para que en boca de dos o tres testigos se establezca toda palabra. Y si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si tampoco oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano".
Estas instrucciones nos enseñan que debemos abordar el pecado con amor y paciencia. Primero, debemos tratar de corregir a nuestro hermano en privado. Si esto no funciona, podemos pedir ayuda a otros hermanos y hermanas en la fe. Solo como último recurso, debemos llevar el asunto a la iglesia. El objetivo no es castigar al pecador, sino ayudarlo a arrepentirse y volver a Dios.
El perdón y la gracia
A pesar de la gravedad de las consecuencias del escándalo, Jesús no nos deja sin esperanza. En Mateo 18:21-22, Pedro le pregunta a Jesús: "Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?" Jesús le responde: "No te digo hasta siete, sino hasta setenta veces siete".
Este pasaje nos enseña que la gracia de Dios es ilimitada. Incluso si alguien nos ha hecho mucho daño, Dios siempre está dispuesto a perdonar. La condición para recibir este perdón es el arrepentimiento. Si alguien se arrepiente de su pecado y busca el perdón de Dios, Él estará dispuesto a recibirlo con los brazos abiertos.
Implicaciones prácticas
La enseñanza de Jesús en Mateo 18:6 tiene implicaciones prácticas para todos los cristianos. Debemos ser conscientes de nuestras palabras y acciones, sabiendo que tienen el potencial de afectar la fe de los demás. Debemos ser responsables de nuestro papel como líderes y usar nuestra influencia para el bien. Debemos estar dispuestos a confrontar a aquellos que están en peligro, pero debemos hacerlo con amor y compasión. Y siempre debemos recordar que la gracia de Dios está disponible para todos los que se arrepienten.
En un mundo que está lleno de tentaciones y engaños, la protección de la fe de los "pequeños" es más importante que nunca. Todos nosotros tenemos la responsabilidad de ser guardianes de la fe, de proteger a los que son vulnerables y de ayudarles a crecer en su relación con Dios. ¡Ay de aquellos que escandalicen a estos pequeños! Pero también hay esperanza, porque la gracia de Dios es suficiente para todos.
Puntos Clave | Descripción |
---|---|
Escándalo | Un delito grave que provoca que otros tropiecen en su fe. |
Castigo | Severo, incluso más que la muerte, reflejando la ira de Dios. |
Responsabilidad de los líderes | Mayor influencia, mayor culpa si conducen al pecado. |
Amonestación | Confrontar a los que están en peligro de pecar con amor y compasión. |
Perdón | Disponible para aquellos que se arrepienten. |
Implicaciones prácticas | Cuidado con nuestras palabras y acciones, responsabilidad como líderes, disposición para confrontar. |
Preguntas Frecuentes sobre “Ay de aquellos que escandalicen a estos pequeños”
¿Qué significa "escandalizar" en este contexto?
"Escandalizar" en este contexto significa hacer que alguien tropiece en su fe o le cause una caída espiritual. Esto puede incluir acciones o palabras que llevan a alguien a pecar, dudar de su fe o alejarse de Dios.
¿Por qué es tan grave escandalizar a un creyente?
Jesús compara el castigo por escandalizar a un creyente con ser arrojado al mar con una piedra de molino atada al cuello. Esto enfatiza la gravedad del pecado y el juicio de Dios sobre aquellos que causan daño espiritual a otros.
¿Quién es responsable de evitar el escándalo?
Todos los cristianos tienen la responsabilidad de evitar escandalizar a otros, pero especialmente los líderes religiosos, quienes tienen mayor influencia.
¿Qué debo hacer si alguien está en peligro de ser escandalizado?
Debemos confrontar a aquellos que están en peligro de pecar en privado con el objetivo de corregirlos. Si esto no tiene éxito, debemos involucrar a la comunidad de la iglesia.
¿Hay esperanza de perdón para aquellos que escandalizan a otros?
Sí, Jesús también ofrece esperanza de perdón y gracia para aquellos que se arrepienten de sus acciones y buscan el perdón de Dios.