Id por todo el mundo y predicad el evangelio: Un llamado a la acción
En el corazón del cristianismo se encuentra un mandato poderoso, un llamado a la acción que ha resonado a través de los siglos: "Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura" (Marcos 16:15). Este no es simplemente un consejo o una sugerencia, sino una orden directa de Jesús a sus seguidores. Es la "Gran Comisión", la misión que define la esencia de la fe cristiana y que continúa inspirando a millones de personas en todo el mundo.
La Gran Comisión: Un llamado global
La Gran Comisión no se limita a un grupo selecto de personas. Es un llamado a todos los cristianos, sin importar su origen, posición social o nivel de conocimiento teológico. Jesús declaró claramente que su mensaje de salvación era para "toda criatura", para todas las naciones, tribus y lenguas. La tarea no era pequeña, ya que implicaba llevar el mensaje de esperanza y redención a cada rincón del planeta.
Un llamado urgente
La urgencia de la Gran Comisión se refleja en la propia naturaleza del mensaje. El evangelio es la buena noticia de la salvación, la reconciliación con Dios a través de la fe en Jesucristo. Este mensaje es crucial para la humanidad, ya que ofrece la promesa de vida eterna y la liberación del pecado y la muerte. Por lo tanto, la tarea de predicar el evangelio no podía esperar. Era, y sigue siendo, una misión de gran importancia e inmediatez.
Más que predicar: Hacer discípulos
La Gran Comisión no se limita a la proclamación del mensaje del evangelio. Incluye la formación de discípulos, personas que no solo escuchan el mensaje, sino que también lo viven y lo comparten con otros. Hacer discípulos implica un proceso de enseñanza, mentoring y formación, en el que los nuevos creyentes son equipados para continuar la misión.
El poder del discipulado
El discipulado es fundamental para el crecimiento y la expansión del cristianismo. A través de la formación de discípulos, el mensaje del evangelio se transmite de generación en generación, se arraiga en nuevas culturas y se adapta a las necesidades cambiantes del mundo. El discipulado no solo asegura la continuidad de la fe, sino que también asegura la vitalidad y la relevancia del mensaje de Jesús.
El poder del Espíritu Santo
La Gran Comisión no es una tarea que los cristianos deben realizar por su propia fuerza. Jesús prometió a sus seguidores que no estarían solos en la misión. El Espíritu Santo, el tercer miembro de la Trinidad, estaría con ellos, empoderándolos para predicar el evangelio con audacia y sabiduría.
Empoderados por el Espíritu
El Espíritu Santo proporciona a los cristianos el poder y la capacidad para superar los obstáculos, enfrentar la persecución y comunicar el mensaje de la fe de manera eficaz. El Espíritu Santo también les guía en su ministerio, les da sabiduría para enseñar y les ayuda a discernir la voluntad de Dios en cada situación. Sin el poder del Espíritu Santo, la Gran Comisión sería una tarea imposible.
Los frutos de la obediencia
La obediencia a la Gran Comisión no solo trae bendiciones espirituales, sino que también tiene un impacto tangible en el mundo. La difusión del evangelio ha transformado vidas, comunidades y naciones. Ha llevado a la formación de iglesias, al establecimiento de hospitales y escuelas, al desarrollo de programas de ayuda social y a la promoción de la paz y la justicia.
Un legado de transformación
A lo largo de la historia, innumerables personas han respondido al llamado de la Gran Comisión, arriesgando sus vidas para compartir el mensaje de Jesús con aquellos que nunca lo habían oído. Su valentía, su sacrificio y su dedicación han dado como resultado un legado de transformación y esperanza que continúa inspirando a millones de personas en todo el mundo.
El papel de cada cristiano
La Gran Comisión es un llamado a todos los cristianos, no solo a los pastores, misioneros o líderes religiosos. Cada creyente tiene un papel que desempeñar en la difusión del evangelio. Se puede participar en la misión a través de la predicación directa, la participación en el ministerio local, el apoyo a los misioneros o simplemente viviendo una vida que refleje el amor y la gracia de Jesús.
El silencio es desobediencia
El silencio sobre el evangelio es equivalente a la desobediencia. Es negarse a compartir la buena noticia de salvación con un mundo que la necesita desesperadamente. La Gran Comisión nos llama a ser "luz del mundo" (Mateo 5:14), a dejar brillar nuestro testimonio de fe para que otros puedan ver la gloria de Dios.
La promesa de la presencia de Cristo
Jesús aseguró a sus seguidores que no estarían solos en la misión. "Yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Mateo 28:20). Esta promesa nos da la seguridad de que, a pesar de los desafíos y las dificultades, no estamos solos. Jesús está con nosotros, guiándonos, fortaleciéndonos y animándonos en nuestro camino.
Conclusión: Un llamado a la acción
La Gran Comisión es un llamado a la acción, un mandato que nos desafía a salir de nuestras zonas de confort y compartir el mensaje de esperanza y amor de Jesús con el mundo. Es una responsabilidad solemne pero un privilegio extraordinario que tiene el potencial de transformar vidas y edificar el reino de Dios. En un mundo que busca respuestas a las preguntas existenciales, el evangelio ofrece la verdad, la esperanza y la paz que solo se encuentran en Jesucristo.
| Puntos Claves | Descripción |
|---|---|
| La Gran Comisión | Proclamar el mensaje de salvación en Cristo a todas las naciones, tarea urgente y global. |
| Discipulado | Hacer discípulos, enseñarlos y capacitarlos para continuar la misión. |
| Poder del Espíritu Santo | Empoderamiento para llevar a cabo la Gran Comisión, guía, audacia y habilidad. |
| Bendición de la Obediencia | Bendiciones y protección para quienes obedecen, expansión del reino de Dios y crecimiento espiritual. |
| Presencia de Cristo | Promesa de estar con sus discípulos hasta el fin del mundo, seguridad y aliento. |
| Responsabilidad de la Proclamación | Todos los cristianos están llamados a participar, predicación directa o apoyo a misioneros, el silencio es desobediencia. |
| Impacto de la Misión | Transformación de vidas, establecimiento de iglesias, promoción de la justicia y la paz. |

Preguntas Frecuentes sobre "Id por todo el mundo y predicad el evangelio"
¿Cuál es el significado del mandato de Jesús de "ir por todo el mundo y predicar el evangelio"?
Este mandato es una orden central para los cristianos, que implica proclamar el mensaje de salvación en Cristo a todas las naciones, hacer discípulos y depender del poder del Espíritu Santo.
¿Qué implica la Gran Comisión?
La Gran Comisión implica la proclamación del mensaje de salvación a todas las naciones, siendo una tarea urgente y de alcance global.
¿Por qué es importante el discipulado en la propagación del evangelio?
El discipulado es esencial porque implica enseñar y capacitar a otros para que continúen la misión de difundir el evangelio.
¿Cómo empodera el Espíritu Santo a los cristianos para llevar a cabo la Gran Comisión?
El Espíritu Santo proporciona guía, audacia y habilidad para cumplir con la tarea de llevar el evangelio al mundo.
¿Qué bendiciones se reciben al obedecer el mandato de ir y predicar?
La obediencia a este mandato trae bendiciones y protección, conduciendo a la expansión del reino de Dios y al crecimiento espiritual.
¿Qué promesa ofrece Jesús a sus seguidores que obedecen su mandato?
Jesús promete estar con sus discípulos "hasta el fin del mundo", brindando seguridad y aliento en medio de los desafíos de la misión.
¿Qué responsabilidad tienen los cristianos con respecto a la proclamación del evangelio?
Todos los cristianos están llamados a participar en la Gran Comisión, ya sea predicando directamente o apoyando a los misioneros. El silencio sobre el evangelio es desobediencia.
¿Cuál es el impacto de la misión de predicar el evangelio?
La difusión del evangelio ha transformado vidas, establecido iglesias y promovido la justicia y la paz en las sociedades de todo el mundo.
