¿Imaginas una ciudad rodeada por enormes muros?
Jericó era una ciudad muy antigua, ¡y tenía muros tan altos y gruesos que nadie podía entrar! Era como un gigante durmiendo, protegiendo a sus habitantes. Pero Dios tenía un plan especial para Jericó, y para un hombre llamado Josué.
Josué era el líder del pueblo de Israel, un grupo de personas que Dios había liberado de la esclavitud en Egipto. Dios le dio a Josué una tarea importante: ¡conquistar la ciudad de Jericó! Pero Josué no tenía un ejército poderoso, ni armas mágicas. ¿Cómo podía vencer a una ciudad tan fortificada?
Dios tiene un plan
Dios le dijo a Josué: “Yo te ayudaré”. ¡Y Dios tenía un plan increíble! Le dijo a Josué que hiciera algo que parecía totalmente imposible: ¡marchar alrededor de la ciudad todos los días durante siete días! Y en el séptimo día, los israelitas debían tocar las trompetas y gritar con todas sus fuerzas.
Josué y su pueblo confiaron en Dios. Marcharon alrededor de la ciudad cada día, tocando trompetas y cantando. Parecía una locura, ¿verdad? Pero Dios estaba trabajando detrás de escena.
¡Las Murallas Caen!
En el séptimo día, cuando los israelitas tocaron las trompetas y gritaron, ¡algo asombroso sucedió! Las murallas de Jericó se derrumbaron como si fueran de arena. ¡La ciudad estaba indefensa! Los israelitas entraron en Jericó y la conquistaron, tal como Dios lo había prometido.
Rahab, una mujer valiente
Dentro de Jericó vivía una mujer llamada Rahab. Ella había oído hablar del poder de Dios y creía en él. Cuando los israelitas llegaron a la ciudad, Rahab escondió a dos espías israelitas en su casa y los ayudó a escapar.
Rahab demostró una gran fe en Dios. Ella sabía que Dios era fuerte y que podía hacer cualquier cosa. Por su fe, Dios la salvó a ella y a su familia de la destrucción de la ciudad.
¿Qué aprendemos de la historia de Jericó?
La historia de Jericó nos enseña que Dios puede hacer lo imposible. ¡Él puede vencer cualquier obstáculo, incluso muros altos y fuertes! También nos enseña que la obediencia a Dios nos lleva a la victoria. Cuando confiamos en Dios y obedecemos sus instrucciones, podemos lograr cosas increíbles.
La fe en Dios nos da fuerza
Al igual que los israelitas y Rahab, nosotros también podemos confiar en Dios. ¡Él nos da la fuerza para enfrentar nuestros miedos y dificultades! Podemos confiar en que Dios siempre nos ayudará y nos guiará hacia la victoria, incluso cuando las cosas se pongan difíciles.
¡Recuerda la historia de Jericó!
La próxima vez que te sientas abrumado o tengas miedo, recuerda la historia de Jericó. Recuerda que Dios puede hacer lo imposible y que él está siempre contigo. ¡Confiar en Dios te dará la fuerza para superar cualquier obstáculo!
Puntos clave | Aplicación personal |
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Dios puede cambiar la vida de las personas y perdonar sus pecados. | Podemos confiar en que Dios nos ayudará a superar las dificultades. |
La obediencia a Dios conduce a la victoria. | Cuando obedecemos a Dios, experimentaremos su victoria en nuestras vidas. |
Podemos formar parte de la familia de Dios a través de la fe. | Todos podemos formar parte de la familia de Dios a través de la fe en Jesús. |
Preguntas Frecuentes sobre las Murallas de Jericó
¿Quién era Josué?
Josué fue un líder de los israelitas que dirigió a su pueblo a la Tierra Prometida después de la muerte de Moisés.
¿Qué pasó con las murallas de Jericó?
Dios hizo que las murallas de Jericó se derrumbaran después de que los israelitas marcharan alrededor de la ciudad durante siete días.
¿Por qué se derrumbaron las murallas?
Dios hizo que las murallas de Jericó se derrumbaran porque los israelitas estaban obedeciendo a sus órdenes.
¿Qué podemos aprender de la historia de Jericó?
Podemos aprender que Dios puede hacer posible lo imposible y que la obediencia a Dios conduce a la victoria.